En nuestro país, la industria de la construcción representa un claro indicador de la condición económica actual de la república, ya que sus procesos requieren de un montón de especialidades y de esta forma genera empleo para muchísimos sectores. Se podría decir que la industria de la construcción se divide en tres grandes bloques:
- La ingeniería civil: es la que se enfoca en construir obras de infraestructura y urbanización, como lo pueden ser las carreteras, los puentes, entre otros.
- Edificación: le corresponde la construcción de inmuebles de todo tipo, desde residenciales, como las casas, condominios, departamentos, hasta naves y bodegas industriales, centros comerciales y otros tipos de edificaciones destinadas al comercio.
- Los servicios especializados: son aquellos que se dedican a instalar y equipar una vez que las obras están avanzadas, como por ejemplo los acabados y las instalaciones de estructuras. También caben bajo este mismo bloque los servicios de demolición, excavación, relleno de suelo, por mencionar algunos.
El impacto de la industria de la construcción en México (y en todos los países) es tan grande gracias a la derrama económica que genera en diversos sectores. Por ejemplo, si tomamos en cuenta el trabajo de la ingeniería civil para la planeación y el desarrollo de la infraestructura del país, es decir, sus puentes, puertos, presas, carreteras y hospitales, es fácil entender que la industria de la construcción sea uno de los principales motores de la economía, al estar utilizando productos que provienen de diversos sectores que se ven enormemente beneficiados. Dentro de estos sectores podemos mencionar la industria del cemento, del fierro, la arena, la madera entre muchos otros.
De la misma forma, imaginemos cuántos sectores se ven beneficiados a raíz de la construcción de las viviendas (sistemas de electricidad, drenaje, agua, materia prima, etc), o de la construcción y el funcionamiento de los estacionamientos públicos, las escuelas, y la lista sigue.
Y es que apenas a principios de esta década, la industria de la construcción suponía 6.5% del Producto Interno Bruto (PIB) con una inversión mayor a los 1,904,102 millones de pesos, y las cifras siguen creciendo. Según informes de la Cámara Mexicana de la Industria de la construcción (CMIC), cada peso mexicanos destinado a la construcción, 43 centavos se destinan a 66 ramas productivas de las 79 que existen en el país.
Como podemos ver, el trabajo de las empresas constructoras y desarrolladoras, es crucial para el sano desarrollo de la economía nacional.